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martes, 12 de octubre de 2010

TITA MERELLO


TITA MERELLO.

Nació en la calle Defensa en el barrio de San Telmo. Se crió en un asilo. De niña trabajó como boyerito en el campo en una estancia de la provincia de Buenos Aires. La pobreza y el hambre marcaron su breve infancia y la obligaron a pelear la vida desde  temprana edad.
«Mi infancia fue breve. La infancia del pobre es más breve que la del rico. Era triste, pobre y fea». Ya más grande, declaró sin pudor, "haber hecho la calle".
Llega al escenario, en 1920, como corista en un teatro cercano al puerto,  frecuentado por marineros y gente del bajo fondo. Ese teatrillo de mala muerte, casi pornográfico, de nombre "Ba ta clán", a partir de entonces, a las coristas se las llamó "bataclanas", y este término se convirtió en sinónimo de "mujer alegre".
En 1922, paso a ser vedette en el Maipo, donde interpretaba el tango "Pedime lo que querés" de Francisco Canaro y Caruso, momento a partir del cual comenzo su siempre ascendente carrera artística.
Entre 1927 y 1929 grabó 18 tangos todos de carácter humorístico y burlón, como "Que Careta", "Mi papito", y otros melancólicos como "No salgas del barrio". Debieron pasar 25 años para que volviera a  grabar. En 1954 volvió al disco interpretando tangos humorísticos, casi siempre con el acompañamiento de la orquesta dirigida por Francisco Canaro.
El tango milonga "Se dice de mi" de Canaro y Pelay, su canción mas representativa y de enorme éxito, es una especie de autobiografía de Tita.
En 1931, se inicia en el periodismo, en la desaparecida revista "Voces". Quienes la vieron actuar, dicen que se movía, "como pez, en el agua" además, es una de las poquísimas actrices que tiene su carnet de "Periodista".  El primer artículo que publicó, se lo pagaron $200, y no niega que el corazón le latía fuerte, temiendo desmayarse. Fueron los doscientos pesos más importantes de su vida, decía.
Su trabajo en teatro fue permanente, destacándose entre otras: "El conventillo de la Paloma" que fue un éxito y le dio gran popularidad; "Esta noche filmación"; "Hombres en mi vida"; "Miércoles de ceniza"; "Amorina" y "Buenos Aires de ayer y hoy", obra de Canaro y Pelay estrenada en 1943, donde se lució interpretando "Tranquilo, vieja, tranquilo".
Fue dirigida por los mejores directores en 34 films a lo largo de 50 años. Realizó algunas intervenciones en el cine argentino del último período mudo y los primeros del sonoro. Su gran éxito fue "Los isleños” y "Filomena Marturano"
En 1957, luego de su proscripción, regresó a la Argentina y retomó su trabajo, sorprendiendo al público con su participación en la TV. Tita también figura entre los grandes nombres de la radio argentina.
Sufrió el amor y el abandono. Su gran amor, fue Luis Sandrini, el hombre que la marcó eternamente y con quien compartió diez años de su vida hasta la dejó repentinamente después de un viaje, sin explicación alguna. A ese amor, que fue público, se comenta que le escribió un tango, "Llamarada pasional”. Cuentan sus allegados que en su casa había una silla vacía, la que usaba Sandrini y que nadie volvió a utilizarla después de él.
Aunque nunca fue una militante, simpatizaba con el peronismo. Con la caída del gobierno de Juan Domingo Perón, Tita ya no tuvo el mismo trabajo, le fueron negadas muchas posibilidades e incluso llegó a ser atacada a la salida de una radio por grupos que apoyaban al golpe militar del ’55, que derrocó a Perón.
Poco y nada se conoce de Tita. Siempre relacionó la " salud con la fe". De hecho cuando tenía 32 años, sufrió una afección renal. El diagnóstico médico, indicaba cirugía inminente, Tita salió del consultorio médico, le pidió a su madre que la esperase en su casa y fue a la Iglesia de 'Nuestra Señora del Carmen'. Nadie supo cuánto tiempo estuvo de rodillas frente a Cristo, pero volvió a su casa, para decir a su madre, que no se operaría, y de hecho nunca lo hizo. Solía decir  "quien no crea que la fe mueve montañas allá él". 
En 1988, la Merello se presentó en un programa de TV. en el cuál recorrió, toda su vida. Casi al final del mismo manifestó, que en su vida existia "un hijo". Generó gran conmoción general, y después de una comunicación telefónica, aclaró quién era ese hijo, a quien ella amaba tanto.  "Se llama Mingo, es uno de esos hombres que ayudan a llevar el país día a día... Es un grán hombre y cuida de mi!!!"
Tita, la popular "morocha argentina", en su vejez no deja de reclamar afecto, aquel que le faltó desde su mismo nacimiento, y hace manifiesta su gran soledad.

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